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Qué es una Playa Inteligente

Invat·tur define una playa inteligente o smart beach como un recurso turístico donde se aplica tecnología para convertirlo es un espacio más sostenible, seguro y accesible. La innovación conlleva una mayor capacidad para detectar las necesidades del usuario mediante nuevos servicios y utilidades. 

La playa inteligente condensa flujos de información procedentes de los usuarios, protagonistas de la experiencia turística y cuyas demandas condicionan la oferta. 
Las tecnologías de medición, sensórica, conectividad y analítica, permiten generar conocimiento a partir del dato. Esta información beneficia a los agentes gestores y económicos del destino, compartiendo información para mejorar el marketing y la gobernzan turística.

Por lo tanto, una playa inteligente es en realidad un escenario complejo y variado, que incluye la franja de mar más allá de la zona de baño en la que se desarrollan actividades directamente relacionadas con la playa, las actividades náuticas y deportivas. La propia zona de baño y el espacio comprendido por el arenal o zonas de residencia en rocas o guijarros, incluyendo servicios existentes. Y los paseos marítimos, áreas cercanas y sus servicios.

Ejes de la Playa Inteligente 

El objetivo de analizar, conceptualizar y diseñar los servicios y las herramientas tecnológicas con las que debe contar una playa u otro espacio natural para aproximarse al modelo de planificación y gestión inteligente.

  • Sostenibilidad: alineados con el Objetivo 14: Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos de los ODS. La tecnología ayuda a la medición medioambiental de las playas inteligentes para ofrecer información al usuario y gestores. 
  • Accesibilidad: por una parte, hay que solucionar la accesibilidad física a los equipamientos e instalaciones y servicios de la playa. Por otra, se debe garantizar la accesibilidad digital a los servicios.
  • Seguridad: considera los riesgos potenciales que pueden afectar a la salud, de una manera u otra, y desde diferentes perspectivas. Por una parte, existen los riesgos derivados del propio medio: el estado del mar, las olas, las corrientes, o la exposición a los rayos ultravioletas.
    Y por otra, el entorno cercano o de acceso, en el que se tiene en cuenta el tráfico, los cruces, la invasión de zonas peatonales por vehículos, etc.

Infografía Playa Inteligente